Señor, Padre Dios, Tú que nos has creado y nos has dado la vida; Tú que nos has invitado a realizar una misión durante el desarrollo de nuestras existencia; Tú que me conoces y sabes cómo está mi corazón en este momento; Tú que siempre quieres lo mejor para mí y nunca me abandonas; escucha todo lo que en este momento quiero decirte.
Sí, Señor, hoy quiero decirte que me siento sola y triste, que me siento poco amada y abandonada, que hoy siento que no tengo mucho valor y además no entiendo por qué tengo que estar sola cuando he deseado casarme con un hombre con el que quisiera compartir toda mi vida. Señor, Tú conoces mis ansias de amar, sabes cuánta capacidad de amar hay en mi vida y, también, conoces la necesidad que tengo de sentirme amada.
Porque me conoces y sabes de mis deseos, es que estoy ante Ti para pedirte me ayudes, para pedirte paz y serenidad. Señor, no dejes que la soledad me acabe, no dejes que ese sentimiento de no haber podido completar mis sueños me lleve a la depresión y a la angustia. Dios mío, necesito que hoy actúes en mi favor, que hoy actúes en mi corazón y me permitas comprender que soy valiosa y que tengo mucho que dar a este mundo, aunque no tenga pareja.
Sí, Señor, estoy segura de que sabrás cuáles son las razones para que ese hombre no haya aparecido en mi vida y para que haya tenido que estar sola. Tú todo lo sabes, y sabes qué es lo que más me conviene; por eso sólo te pido que actúes en mi corazón y me quietes todos los sentimientos dolorosos o tristes que tengo en él. Permíteme, Señor, ser capaz de entender qué es lo mejor para mí y así no seguir anhelando lo que no va a llegar y lo que, tal vez, no es importante.
Señor, sana mi corazón y déjame descubrir todos los espacios en los que puedo experimentar tu bendición y tu tranquilidad. Quiero tener paz y armonía conmigo, quiero sentirme amada por Ti y descubrir que no, por no tener pareja, soy una mala mujer o debo sentirme frustrada. Ayúdame a encontrar todos los motivos de alegría que requiero para estar feliz y ser una mujer que sonría una y otra vez. Ayúdame, Señor, a experimentar la serenidad que da el sentirme amada por Ti que siempre estás a mi lado.
Te suplico que me permitas tener conciencia de tantas cosas buenas que tienes para mí y que permitas que descubra cómo entregar todo lo que tengo dentro a mis hermanos. Que me sepa linda, buena y con muchas posibilidades.
Amén
Oraciones para momentos especiales. P. Alberto Linero G., Eudista.
Librerías minuto de Dios
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miércoles, 23 de septiembre de 2009
Oración por mujeres que no se han casado y se sienten solas
Publicado por Café con Fe en 3:13:00 p. m. 0 comentarios
martes, 1 de septiembre de 2009
Artículo Enero 2009
Este nuevo año que comienza se presenta lleno de oportunidades. Oportunidades personales para que crecer humana y espiritualmente. Oportunidades para hacer el bien a mis hermanos, sobre todo a aquellos que tengo más cerca de mí. Oportunidades sobre todo para amar mucho a Dios: un amor hecho obras, entrega y fidelidad. En el marco de nuestro XX aniversario queremos proponerles unas actitudes que nos pueden ayudar sacar todo el fruto que Dios nos ofrece en este año.
Reconocer: Quien es humilde y sencillo de corazón debe reconocer las maravillas que Dios ha obrado en el. Mucho podemos aprender del cántico de María en Lucas 1, 46-56.
Celebrar: las obras de la gracia no son para esconderlas sino para regocijarnos y proclamar la fidelidad de Dios a su pueblo. Así nos lo ha pedido desde los comienzos de la Historia de la Salvación. No se enciende una luz para ponerla debajo del celemín…
Renovar: el amor siempre tiene que ser fresco, hacerse realidad en el hoy de mi entrega. El cristiano no puede vivir de rentas o costumbres, pues Dios nos llama siempre a subir hacia las cumbres. ¿Qué me pide Dios hoy que no le dado todavía?
Comprometer: Obras son amores, no buenas razones. Sé que Cristo me ama porque se entregó a si mismo a la muerte para que yo tuviera vida. El cristianismo auténtico se fragua en la lucha diaria, el sacrificio escondido que sólo Dios ve. Los sellos que garantizan el fruto de nuestras obras son los de Cristo mismo: Amor y sacrificio
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Reconocer: Quien es humilde y sencillo de corazón debe reconocer las maravillas que Dios ha obrado en el. Mucho podemos aprender del cántico de María en Lucas 1, 46-56.
Celebrar: las obras de la gracia no son para esconderlas sino para regocijarnos y proclamar la fidelidad de Dios a su pueblo. Así nos lo ha pedido desde los comienzos de la Historia de la Salvación. No se enciende una luz para ponerla debajo del celemín…
Renovar: el amor siempre tiene que ser fresco, hacerse realidad en el hoy de mi entrega. El cristiano no puede vivir de rentas o costumbres, pues Dios nos llama siempre a subir hacia las cumbres. ¿Qué me pide Dios hoy que no le dado todavía?
Comprometer: Obras son amores, no buenas razones. Sé que Cristo me ama porque se entregó a si mismo a la muerte para que yo tuviera vida. El cristianismo auténtico se fragua en la lucha diaria, el sacrificio escondido que sólo Dios ve. Los sellos que garantizan el fruto de nuestras obras son los de Cristo mismo: Amor y sacrificio
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Publicado por Café con Fe en 10:00:00 a. m. 0 comentarios
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