Este nuevo año que comienza se presenta lleno de oportunidades. Oportunidades personales para que crecer humana y espiritualmente. Oportunidades para hacer el bien a mis hermanos, sobre todo a aquellos que tengo más cerca de mí. Oportunidades sobre todo para amar mucho a Dios: un amor hecho obras, entrega y fidelidad. En el marco de nuestro XX aniversario queremos proponerles unas actitudes que nos pueden ayudar sacar todo el fruto que Dios nos ofrece en este año.
Reconocer: Quien es humilde y sencillo de corazón debe reconocer las maravillas que Dios ha obrado en el. Mucho podemos aprender del cántico de María en Lucas 1, 46-56.
Celebrar: las obras de la gracia no son para esconderlas sino para regocijarnos y proclamar la fidelidad de Dios a su pueblo. Así nos lo ha pedido desde los comienzos de la Historia de la Salvación. No se enciende una luz para ponerla debajo del celemín…
Renovar: el amor siempre tiene que ser fresco, hacerse realidad en el hoy de mi entrega. El cristiano no puede vivir de rentas o costumbres, pues Dios nos llama siempre a subir hacia las cumbres. ¿Qué me pide Dios hoy que no le dado todavía?
Comprometer: Obras son amores, no buenas razones. Sé que Cristo me ama porque se entregó a si mismo a la muerte para que yo tuviera vida. El cristianismo auténtico se fragua en la lucha diaria, el sacrificio escondido que sólo Dios ve. Los sellos que garantizan el fruto de nuestras obras son los de Cristo mismo: Amor y sacrificio
martes, 1 de septiembre de 2009
Artículo Enero 2009
Publicado por Café con Fe en 10:00:00 a. m.
Etiquetas: articulos
0 comentarios:
Publicar un comentario