jueves, 28 de octubre de 2010
Información sobre votaciones
www.catholicaction.org/Spanish-Transcript-Interview-Final-10202010.pdf
www.californiaprolife.org 1-800-924-2490
www.electionforum.org
www.judgevoterguide.com/
http://ballotpedia.org/wiki/index.php/California_2010_ballot_propositions Leer más...
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martes, 26 de octubre de 2010
Ayuda para víctimas de violencia doméstica
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jueves, 21 de octubre de 2010
Abortos forzados en China
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jueves, 23 de septiembre de 2010
Ayuda a damnificados en Veracruz, México
Bank of America
Cuenta: 2341822988 Leer más...
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miércoles, 25 de agosto de 2010
Casa hogar "Verdad y Vida" Madre Rita A.C.
Fracc. Los Alamos
Tijuana, B.C. 22540
011 52 664-621-3709
Teléfonos en Los Angeles
(626) 444-3994
(626) 244-4726
(626) 244-5238
Necesidades: pañales, leche en polvo, artículos de baño para mujer, comida no perecedera. Leer más...
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viernes, 13 de agosto de 2010
Consagración al Inmaculado Corazón de María
Queremos invitar a todos los hijos y hijas de María a unirse espiritualmente al gran día de oración de Marpingen, el día 13 de agosto. Será un día internacional de oraciones para el triunfo de su Corazón Inmaculado en el cual se consagrará Alemania, España, América Latina y el mundo entero a su Corazón Inmaculado, a las 12:00 del mediodía. (renovaremos esta consagración el 15 de agosto también al mediodía).
Somos los protagonistas de esta gran batalla que se desarrolla en el cielo entre la Santísima Virgen María y Satanás, nuestro adversario, el autor de todos los males de este mundo: (Apoc12,
1: Una señal grandiosa apareció en el cielo: ¡una mujer revestida del sol!..
3 una segunda señal apareció: un enorme Dragón rojo fuego
7 entonces, hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón.
Durante esta gran batalla nuestra Madre celestial nos invita una vez más a tomar nuestro refugio en su Corazón Inmaculado: ¡Vengamos a Ella!
Queremos confiarnos especialmente a Ella en estos tiempos tan difíciles en los cuales el adversario desea destruir los fundamentos de la Iglesia. Tenemos, sin embargo, la firme esperanza de la promesa de Jesús: “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16,18) así como aquella que nos dio María en Fátima, “¡al final mi Corazón Inmaculado triunfará!”
En esta hora, nuestra Madre celestial nos está muy cercana. ¡Es en esta hora que Ella quiere personalmente intervenir! Su Corazón Inmaculado es el gran regalo del Padre celestial a toda la humanidad. ¡Nos llama a la confianza, a una confianza total y pide a continuación que todos puedan consagrarse a su Corazón Inmaculado! A través de nuestro total abandono nos dará la salvación: la salvación del error de este mundo y la salvación eterna. Nos la dará a través de su intercesión maternal: una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros (Lumen Gentium 62), Ella impedirá que caigamos en el pecado especialmente si rogamos diariamente el rosario con mucho amor en el corazón, así seremos protegidos y defendidos por Ella.
Cada uno debe consagrarse con su familia a su Corazón Inmaculado y muchos de sus hijos realizarán esta consagración también por medio de santos sacerdotes; es una vacuna que nos ofrece la Madre celestial para salvarnos de la epidemia del ateísmo que perjudica a tantos de sus hijos llevándoles a la muerte espiritual.
Queremos hacer aún más para confortar a nuestra Madre celestial; queremos reunirnos muchos en Marpingen y ofrecer para su triunfo este día entero de oración (13 agosto) en comunión espiritual con todos los devotos de María esparcidos por todo el mundo, especialmente en España y toda América Latina. Por tal motivo, a las 12:00 del mediodía, les pedimos que todos sus niños se unan espiritualmente en este gran día, consagrando a su familia, a su ciudad, a su país y al mundo entero al Corazón Inmaculado de nuestra Santa Madre, morada del Espíritu Santo, para que el mundo pueda, una vez más, ser salvado por su intercesión maternal.
En este año queremos también seguir el llamado del Santo Padre para la renovación de la Iglesia: durante un año y por cada viernes reforzar la adoración eucarística, el ayuno y la Santa Confesión. Pediremos también que nuestra Madre, como la mediadora de todas las gracias, perfeccione por sus méritos maternales todos nuestros rezos y acciones y los multiplique sin límite para el bien de toda la humanidad.
Tomando el ejemplo de María queremos también consagrarnos completamente a Dios Padre para realizar en todo su Divina Voluntad y adquirir así una gran esperanza. Queremos crecer en la confianza hacia Él. Mediante las novenas a Dios Padre queremos especialmente suplicarle que se vaya extendiendo la adoración del Santo Sacramento y que este día internacional de oración se vaya difundiendo en el mundo entero y que todos los fieles que la Virgen María llamará a Marpingen puedan corresponder a este llamado y que sean en un número cada vez mayor; por lo tanto, si ustedes ayudan a difundir esta unión de oraciones a todos sus conocidos, serán un gran apoyo al plan de nuestra Madre celestial.
Hagan una gran exhortación en este día internacional para que se unan en oración por el triunfo de su Corazón Inmaculado, asistiendo a la Santa Misa con la comunion de reparación y a la adoración, rezando los misterios del Santo Rosario y la consagración; y en la tarde, la hora de la Divina Misericordia (o el Vía Crucis)
Que la Santísima Virgen María nos cubra bajo su manto materno y nos ayude a vivir siempre más profundamente el amor trinitario de Dios y multiplique sus bendiciones maternales sobre todos aquellos que se unirán para el triunfo de su Corazón
Sábado 24 julio, iniciar la primera octavaria en honor de Dios Padre
Jueves 4 Agosto, iniciar la segunda octavaria en honor de Dios Padre para preparar el gran día de oración internacional.
ACTO DE CONSAGRACION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA
(que haremos los días 13 e 15 de Agosto 2010 a las 12 del día )
(tomada del Papa Pío XII)
¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante tu trono nos postramos suplicantes, seguros de suplicar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de tu maternal Corazón.
En esta hora trágica de la historia humana, a Ti, a tu Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo destrozado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.
Que te conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.
Oh Madre de misericordia, suplícanos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, ruega por nosotros y da al mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dale la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el Reino de Dios.
Concede tu protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haz que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Da la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que encomendamos en esta consagración de hoy. Obtén paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contén el diluvio inundante del neopaganismo, fomenta en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.
Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de Tu Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en Él todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Ti, a tu Inmaculado Corazón, para que tu amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, te proclamen Bienaventurada y entonen Contigo, de un extremo a otro de la tierra, el eterno Magnificat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, sólo en el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz. Amén
ACTO DE REPARACION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA
(Para hacer la Comunión de reparación a su Corazón Inmaculado)
¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con Ánimo de reparar las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia. Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.
Rezar tres Avemarías en honra del poder, sabiduría y misericordia del Inmaculado Corazón de María, menospreciado por los hombres. Terminar con las siguientes jaculatorias:
¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
Refugio de pecadores, rogad por nosotros.
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
Avemaría, Padrenuestro y Gloria por las intenciones del Papa Leer más...
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lunes, 26 de julio de 2010
Oración de los padres por los hijos
Señor, también tenemos otras peticiones: queremos pedirte que les des salud, Tú sabes si están enfermos físicamente y necesitan de tu mano sanadora. Tú sabes si tienen enfermedades espirituales nacidas en la crianza y en alguna de nuestras equivocaciones y si es así necesitan que Tú, fuente de la salud, te manifiestes haciéndolos sanos para que puedan alabarte y bendecirte.
Señor, ellos también pueden tener dificultades en sus trabajos, en sus estudios o en lo que hacen, te pedimos que en este momento seas quien ilumine su caminar para que puedan actuar con inteligencia y sabiduría, y no se den por vencidos en ninguna batalla que tienen que emprender diariamente. Que sepan, Padre Dios, que Tú estás con ellos en esos momentos, que estás a su derecha y que los defiendes con todo tu poder.
Señor, te pedimos que les permitas saber controlarse en el manejo de sus emociones para que no tengan dificultades y puedan construir relaciones sanas y llenas de amor y comprensión. Ayúdales a entender a cada persona que se les acerca y que puedan iniciar buenas relaciones con ellos. Toma su corazón para que puedan enamorarse adecuadamente y sepan elegir a sus parejas. No permitas que los flagelos de este mundo los azoten y los hagan perder el control de la vida. Que ellos no caigan en las adicciones y en los vicios que destruyen; si han caído te pido, Señor, que con tu fuerza y tu poder rompas toda cadena que los ata y les permitas ser libres y volver al camino que los conduce hacia Ti. Mantenlos en libertad y hazlos ser libres y felices.
Señor, también te queremos pedir que seas el escudo que los proteja de todo ataque maligno que quiera destruirlos. Sé Tú, Señor, quien cada día les permitas salir adelante en toda batalla que la vida les ponga en frente. Leer más...
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miércoles, 30 de junio de 2010
Venid todos a Mi y no temáis porque Yo os amo.
Quiero que pienses en mi cada hora del día y de la noche, quiero que tú hagas aún la acción más insignificante, sólo por amor. Cuento contigo para que me ames y me des gloria; te daré la mía. Cuando tengas que sufrir te daré fortaleza. Dame tu amor y te enseñaré a amar más allá de lo que nunca has soñado… pero recuerda, ámame como eres.
No te preocupes de no tener virtudes, te daré las mías. Cuando tengas que sufrir te daré fortaleza. Te he dado a mi Madre, deja todo en Su Corazón Purísimo, pase lo que pase… si esperas a ser santo para abandonarte al Amor, no me amarás jamás… anda, ámame como eres.
Recuerda, Yo soy tu Dios… tu Señor… tu Salvador… tu Maestro… tu Hermano… tu Amigo… si crees en mí, vivo siempre contigo y te amo… ámame como tú eres… lo demás déjalo a mí.
Conozco tu miseria, la aflicción y la tribulación de tu alma, la debilidad y la enfermedad de tu cuerpo; lo mismo tu vileza y tus pecados, a pesar de todo, yo te digo: Dame tu corazón, ámame como eres… si te esperas a ser ángel para abandonarte al amor, no amarás jamás. Aunque seas débil en la práctica del deber y de la virtud y caigas nuevamente en aquellos pecados que no quisieras volver a cometer, no te permito que no me ames.
Ámame como eres. En todo instante, en cualquier situación en que te encuentres, en el fervor o en la tibieza, en la fidelidad o en la infidelidad, ámame como tú eres. Quiero el amor de tu pobre corazón, si esperas a ser perfecto no me amarás jamás.
¿No podría yo, acaso, hacer de cada grano de arena un serafín radiante de pureza, de nobleza, y de amor? ¿No soy Yo el Omnipotente y si me place dejar en posibles aquellos seres maravillosos y preferir el pobre amor de tu corazón al de ellos? ¿no soy dueño de mi amor?
Hijo mío, deja que te ame, quiero tu corazón. Ciertamente quiero con el tiempo transformarte, pero, por ahora, te quiero como eres y deseo que tú hagas lo mismo. Quiero ver surgir del fondo de tu miseria, el amor. Amo en ti hasta tu debilidad, amo tu amor pobre y miserable. Quiero que salga de lo más profundo de tu ser un grito continuo: “Jesús, te amo”. Quiero únicamente el canto de amor de tu corazón, no necesito tu ciencia o tu talento.
Una sola cosa importa, el verte vivir amando. No son tus virtudes las que quiero, si te las diese, eres tan débil, que alimentarías tu amor propio, no te preocupes por esto. Te podría haber destinado a grandes cosas, pero no serías siervo inútil, te amo aunque seas tan poca cosa, porque te he hecho por el amor.
Hoy estoy a la puerta de tu corazón, como un mendigo suplicante. Yo, Rey de Reyes. Busco y espero; apúrate y ábreme. No alegues tu miseria, si tú conocieses perfectamente tu indigencia, morirías de dolor. Lo que me heriría el corazón sería verte dudar de mi y faltar a la fe. Leer más...
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viernes, 11 de junio de 2010
Carta del Padre Martín Lasarte
Carta del Padre Martín Lasarte (sdb) desde Angola enviada al periódico "New York Times":
Querido hermano y hermana periodista:
Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.
Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.
Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.
¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…
Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.
En Cristo,
P. Martín Lasarte (sdb) -Angola Leer más...
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jueves, 20 de mayo de 2010
Todo por Él
todas la cosas que tengo que hacer en este día,
en tu Corazón Divino y las empapo en tu Sangre Preciosísima,
para que no sean para mí
carga que me oprima,
preocupación que me turbe,
espina que me quite la paz.
Sino que cada ocupación sea para mi
un acto de amor a Ti.
Que le dedique a cada una su tiempo, con calma y tranquilidad;
sin que antes de hacerla me cause ansiedad,
ni después me quite la atención.
Sino que en cada instante permanezca
hundido mi espíritu, en la paz dulcísima
e inalterable de tu amabilísimo Corazón.
Concédeme que cada uno de los que tengan que tratar conmigo,
puedan ser más dichosos por ello.
Inspírame en cada hora de este día lo que diré,
y concédeme la sabiduría de un corazón amante
que pueda decir lo que sea justo de una manera justa.
Ayúdame a entrar en la mente de todos lo que hablan conmigo
y hazme percibir los sentimientos de cada uno de los presentes.
Dame rápida apreciación de las pequeñas bondades,
para que pueda estar dispuesto a concederlas y agradecido al recibirlas.
Haz que me dé cuenta rápidamente de los sentimientos y necesidades de los demás
y da a mi corazón el anhelo de ayudarlos.
Amén. Leer más...
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lunes, 10 de mayo de 2010
Por qué yo
Cómo tener una actitud inteligente ante la enfermedad y el sufrimiento.
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viernes, 30 de abril de 2010
Línea de ayuda para adictos a Crystal Meth
Para conocer centros de grupos de apoyo en el área donde vives, y para recibir información sobre clínicas de rehabilitación y desintoxicación. Leer más...
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ORACIÓN DE LOS PADRES PARA EDUCAR BIEN A SUS HIJOS
AYÚDAME a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas.
HAZME tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo. No me permitas interrumpirlos, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor.
DAME EL VALOR de confesar mis faltas a mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo.
NO PERMITAS que induzca a mis hijos a hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.
GUIAME todos las horas del día, para que pueda demostrarles, por todo lo que diga y haga, que la honestidad es fuente de felicidad.
REDUCE el egoísmo que hay dentro de mí, te lo ruego. Haz que cese mis críticas de las faltas ajenas y que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes, Oh Señor, a contener mi lengua.
HAZ que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo.
AYÚDAME a tratar a mis hijos, conforme a sus edades, y no me permitas que de los menores exija el criterio y normas de vida de los adultos.
NO PERMITAS que les robe las oportunidades de actuar por sí mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar su decisiones de acuerdo a su edad.
PROHÍBEME, Señor, que los agreda física o verbalmente con el pretexto de corregirlos, por el contrario, que siempre tenga para ellos TIEMPO, ABRAZOS, AMOR Y BESOS.
Cuatro pasos que, como ángeles de la guarda, debo yo regalarles.
PERMÍTEME el poder satisfacer sus deseos JUSTOS, pero dame valor siempre de negarles un privilegio que sé que les causará daño.
HAZME TAN JUSTO, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor.
SEÑOR, AYUDAME, en fin, a ser un LIDER para ellos y no un JEFE.
¡SEÑOR, YO QUIERO SER COMO TÚ, PARA QUE VALGA LA PENA QUE MI HIJO SEA COMO YO!
AMÉN Leer más...
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jueves, 15 de abril de 2010
Cuenta bancancaria para ayuda a damnificados del Valle de Mexicali
Numero de cuenta: 2779675687
Banco: Bank of America
Estado: California.
Routing Number:
122000661 (papel)
121000358 (electronico)
026009593 (wire) Leer más...
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miércoles, 17 de marzo de 2010
Mary's meals
1800 385-4983
Mary's meals USA
c/o Robert Allen Law
1441 Brickell Ave. Suite 1400
Miami FL 33131
info@marysmealsusa.org Leer más...
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miércoles, 17 de febrero de 2010
LA INCREÍBLE VIDA DE MICHELA, DE «NUOVI ORIZZONTI»
Cuando se experimenta el amor de Dios, se aprende que no se puede guardar para uno mismo. Yo llevo diez años viviendo esta forma de amor. Llevando el amor a quienes no conocen el amor de Dios.
La comunidad a la que pertenezco nació en 1984, fundada por Chiara Amirante, que comenzó a llevar la palabra de Dios a los puntos de muerte de la ciudad de Roma. Tantos jóvenes que no conocían la palabra de Dios le pedían: «Chiara, sácanos de este infierno».
Yo llevo doce años en la comunidad. Tengo 40, pero cuando entré, no creía absolutamente nada en Dios. Creía que los sacerdotes y las religiosas se hacían sacerdotes y religiosas por falta de trabajo. Veía una Iglesia que solo daba reglas. Una Iglesia que prohibía todo.
Además, yo me hacía una pregunta: «Si es verdad que Dios es amor, ¿por qué en el mundo hay sufrimiento?». Me lo preguntaba porque con el sufrimiento tuve contacto apenas nací. Mi papá y mi mamá me abandonaron en un hospital recién nacida. Viví mis primeros seis años de vida en un orfanato. Dos meses después de que saliese de allí, el instituto fue clausurado por maltrato a menores. Yo había conocido todo menos el amor, y cuando un niño no conoce el amor, es difícil que de adulto sepa dar amor. Crecí rebelde. En la escuela era instrumento de santificación para los profesores.
A los 18 años ya eres mayor de edad en Italia, así que me fui de la casa en que vivía. Pude hacerlo porque tenía un trabajo, una ocupación. Yo era chef de cocina internacional, muy reconocida. Comencé a trabajar en Italia y el resto de Europa y el dinero empezó a ser el dios de mi vida. Cuanto más tenía, mas quería tener, pero a fin de mes no me quedaba nada.
En lo referente a todo lo que pertenece al mundo de la afectividad, era un desastre. Tenía novios según la estación del año. Uno para el invierno, otro para el verano…. Y me decía: «Yo el corazón no lo meto en esto». Eran novios de usar y tirar, pero cada historia que pasaba, era una herida más que dejaba mi corazón muy lastimado.
Finalmente me enamoré de una persona que todas las madres de familia soñarían para su propia hija. Era inteligente, bueno, perfecto. Pero tenía un pequeño defecto: era un chico católico, un católico convencido. Esto, para mí, solo suponía un defecto por una razón, porque cuando yo le preguntaba cuando nos íbamos a ir a la cama, él me respondía: «Después del matrimonio». Él empezó a hablarme de Dios, pero yo le dije: «Escucha Luca, las relaciones de tres no funcionan. Somos tú y yo. Punto. Dios debe quedar fuera». Él fingió seguirme la corriente.
Cuando ya llevábamos dos años saliendo, vino sin avisar una noche a mi casa. Era la primera vez en ese tiempo que vino a mi casa, por lo que pensé: «Hoy lo hacemos». Pero él tenía otras razones muy diferentes en su cabeza y me dijo: «Escucha Michela, hablé con mi padre espiritual, porque tengo intención de casarme contigo». Yo me le quedé mirando un poco perpleja, pero por un solo motivo: no sabía qué era un padre espiritual. Yo le respondí: «Vamos al registro civil, pedimos una cita, estampamos nuestras firmas y ya estamos casados». Y me dijo: «No. Para mí es importante el sacramento del matrimonio. Nos dan la posibilidad de efectuar un matrimonio mixto donde tu declares ser no creyente, pero yo pueda casarme contigo dentro de la Iglesia». Entonces mi siguiente pregunta fue: «¿Y esto cuanto cuesta?». «Nada», respondió mi chico. Pensé que si no costaba nada y no perdía mi imagen de atea, podía aceptarlo. Sólo le puse una condición: «Organiza tú la boda».
Pusimos una fecha y él comenzó a organizar todo. Era bonito, porque de verdad que Luca era un chico fantástico. Pero nunca me llegué a casar con él. Falleció cuatro días antes de la fecha escogida.
Poco después de comenzar los preparativos, contrajo el VIH por culpa de una transfusión de sangre contaminada. Ahí entré en contacto con la primera verdad de mí vida. Porque yo, con el dinero, hasta ese día había comprado todo y a todos. Pero descubrí que había una cosa que no podía comprar: la vida de mi novio. Eso para mí fue una derrota. Luca partió para el paraíso cuatro días antes de nuestra boda y ahí se me derrumbó el mundo.
Me enfadé con Dios por haberme quitado a mis padres. Me enfadé con Dios por haber sufrido tanta violencia desde pequeñita. Me enfadé con Dios por la muerte de Luca. La noche de su funeral, me marché a la playa y allí mismo hice un juramento: «Dios, si tú no existes, pasaré toda mi vida diciéndoselo a todo el mundo. Pero si existes de verdad, empeñaré mi vida en destruirte».
Ahí empezó mi guerra con Dios. Para buscar a Dios y saber si existía, me acerqué a varias filosofías. Todo lo que era la New Age y el Reiki. Pero ahí no encontré nada de la presencia de Dios. A todo esto, mi vida era triste y angustiosa. Hasta que un día me propusieron comenzar psicoterapia. Yo pensé que si había probado ya tantas cosas, podía probar eso también. Así que comencé a ir un día a la semana. Poco a poco me iba sintiendo mejor en la consulta de aquella doctora. Empecé a ir en vez de un día a la semana, dos días, luego tres, y acabé teniendo cuatro sesiones semanales con ella. La psicoterapia se convirtió en mi droga. Yo no lo sabía, pero no tenía la facultad de decidir nada de mí vida.
Un tiempo después la doctora me dijo que tal vez necesitase sesiones de hipnosis: «Tenemos que entrar a lo más profundo de tus heridas». Le dije que sí. Desafortunadamente no estaba en grado de tomar ninguna decisión. No se lo que hicieron conmigo, pero el problema fue que esta doctora era en realidad una sacerdotisa de una de las sectas satánicas más importantes de Italia. Y yo entré a formar parte de ella, de la mano de mi doctora.
Pasé ahí dos años de mi vida. Dos años que me llevaron a perder mi dignidad de mujer, mi dignidad de ser humano. Allí he visto muerte y violencia. Llegué a alcanzar la muerte del alma. Me convertí en una auténtica marioneta manejada por manos satánicas.
La noche de Navidad de hace catorce años (1996), durante un rito, me dijeron que existía la posibilidad de ser la sacerdotisa de una secta, en una ciudad de Italia. En ese mundo solo importa el poder, el tener, por lo que yo acepté, pero para ser la sacerdotisa tenía que afrontar una prueba de filiación, de pertenencia. Me dijeron: «En Roma hay una joven, de nombre Chiara, que ha fundado hace poco tiempo una comunidad. Está muy protegida por la Iglesia y para nosotros es un obstáculo, porque acerca a muchos jóvenes a Dios. Si tú verdaderamente quieres pertenecer a nosotros y tener el poder, debes hacer una cosa: mata a Chiara». Y acepté.
La noche del 5 de enero partí hacia Roma. Me habían dado toda la información de donde encontrar a Chiara y yo me dirigí a su casa, a la sede de la comunidad. A las 20.00 horas llegué hasta la puerta y sin dudar, convencida de lo que iba hacer, toqué el timbre.
Lo que ocurrió entonces lo tengo que contar desde el testimonio de Chiara, quien no me conocía absolutamente de nada, como es obvio.
Chiara cuenta siempre que, en ese momento, en su corazón escuchó una voz, la voz de la Virgen María que le decía: «Abre tú la puerta, que es una hija mía que tiene una gran necesidad».
Chiara se levantó, caminó apresurada hasta la puerta a cuyo otro lado la esperaba yo, y cuando abrió la puerta hizo una sola cosa. Me abrazo y me dijo: «Bienvenida hija mía. Por fin has llegado a tu casa».
Ese abrazo cambió mi vida. Fue un abrazo indeleble que llegó a mi corazón. Fue más allá de mi cuerpo, de mis brazos. Yo no pude reaccionar, no pude moverme, no pude hacer nada. Chiara me desarmó absolutamente con ese abrazo, con su mirada.
Me llevó dentro, a su pequeña habitación y comenzamos a hablar. Ella me preguntó cómo estaba, y yo sin decir ninguna palabra le entregué el arma con el que la iba a matar. Se lo conté y le dije: «Chiara, para mí ya no hay esperanza». Ella me respondió: «¡Sí, sí que hay esperanza, porque el amor ha vencido a la muerte! ¡Hay esperanza para ti porque hubo quien dio la vida por ti! ¡Y Jesús te ama!».
Yo le contesté: «Chiara, yo les conozco. Sé como son. Tengo poco tiempo. Me matarán y te matarán a ti también». «No Michela –respondió Chiara muy firme-. No lo harán, porque María te quiso en esta casa». Y en aquella casa me quedé.
Obviamente, la primera cosa por hacer era una buena confesión. Llamaron a un sacerdote, pero debido a las actividades en las que había estado involucrada no me pudieron dar la absolución. Hubo que escribir a la Santa Sede, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, toda mi historia. Un cierto cardenal Ratzinger , respondió en pocos días: «Hoy la Iglesia está de fiesta porque un Hijo ha regresado a casa».
También tuve que pasar por varias sesiones de exorcismo. Obviemos los detalles.
Con un permiso muy especial, la noche del 27 de enero, en la capilla de las hermanas de la Madre Teresa, en Roma, pude recibir la comunión, pude consagrar mi corazón al Corazón Inmaculado de María, y hacer los votos de pobreza, obediencia y castidad, más el cuarto voto propio de la comunidad de Chiara, que es el voto de ser y llevar la alegría de Cristo Resucitado.
Ahí comenzó mi camino. Mi camino de sanación, un camino en el que nunca nadie antes pudo sanar mis heridas, y donde sí que las pudo sanar Jesús.
Pero pasado un tiempo, hubo una herida que no había podido sanar. Esa herida era la falta de una madre, porque a mí me faltaba una madre. Me faltaba en Navidad, cuando todas la madres telefonaban a las demás y yo no recibía una llamada. Me faltaba el día que celebraba mi cumpleaños... Esa ausencia de mi madre, cada vez que pasaba esto, reabría las viejas heridas y había que empezar de nuevo.
Un buen día, a Chiara se le ocurrió enviarme a un centro de ayuda para la vida. Se me había encargado abrir una casa de acogida para madres solteras y jóvenes embarazadas con riesgo de someterse a un aborto por miedo o por dificultad. Allí las podríamos acoger. Pero al poco tiempo empecé a recoger un grito de dolor. Era el grito de dolor de aquellas mujeres que habían abortado y que me decían: «¿Sabes? Hoy tendría un hijo de ocho años, pero lo llevé a matar».
Por las noches llegaba a casa y me ponía delante de Jesús, en el sagrario, y le entregaba todo ese dolor que llevaba de las mujeres. Una de esas noches, empecé a escuchar en mi corazón: «Michela, si hoy existes tú, es porque tu madre dijo sí a la vida». Os tengo que decir que cuando se experimenta la misericordia de Dios, la primera cosa que se aprende es a no juzgar. Y yo no tenía ningún derecho de juzgar a mi madre. Porque si una madre llega a abandonar a un hijo es porque hay un gran dolor.
En ese momento comenzó a despertar en mi interior la necesidad de buscar a mi madre, no para juzgarla ni regañarla, sino para darle las gracias por mi vida.
La ley italiana permite obtener información del propio origen y después de las investigaciones pertinentes localicé a mi madre. Comenzamos a telefonearnos, y un día me sugirió conocernos personalmente. La fecha concertada fue el 2 de Junio de 2004. Esa misma mañana partí hacia la ciudad donde ella vivía para encontrarme con ella, como habíamos quedado.
Yo iba sola y en ese viaje había dos partes dentro de mí. Una parte era esa parte humana que se sentía entusiasmada por poder decirle por fin a alguien «mamá». Pero había otra parte más racional que me decía: «Michela, no sabes qué puedes encontrar allá». Mi error fue que en aquella duda venció la parte más humana. Pero el hombre propone y Dios dispone, porque pocos minutos después de encontrarnos, con una mirada que yo no le deseo ni a mi peor enemigo, mi madre me dijo: «Tú para mí no has existido nunca, no has existido hasta ahora, no existes hoy. Sal de mi vida». Yo no sé que siente una madre cuando un hijo dice no a su amor, pero les puedo decir lo que siente un hijo cuando una madre le dice no a su amor…
Fue un gran dolor. Regresé a Roma, cogí a Chiara y sujetándola contra un muro le dije: «¿Pero yo qué le hecho de malo a Jesús? Trabajo para Él, ¿por qué no me puede ayudar?».
A mí pregunta de por qué Jesús me trata así, Chiara me contestó: «¿Sabes, Michela? Santa Teresa de Ávila le preguntó lo mismo a Jesús, y Jesús le dijo que así trataba Él a sus amigos». Ya sabéis lo que Santa Teresa le respondió a Jesús: «Ahora entiendo por qué tienes tan pocos».
Era una situación dolorosa, de la que era difícil salir, por lo que entonces Chiara me propuso unos días de vacaciones. Yo pensé: «Estupendo, me iré a la playa y tomaré el sol», pero Chiara ya había pensado en todo: «Hay un lugar al que puedes ir. Es un pueblo en Bosnia que se llama Medjugorje. Cógete unas vacaciones y vete allí». Yo le dije a Chiara: «A Medjugorje yo no voy, Chiara. Mejor me pagas las vacaciones en Croacia, que está muy cerca y tiene un mar estupendo. Ya cuando esté allí, un día me acerco a Medjugorje. Pero yo no me voy a meter entre las colinas, las piedras y el calor. Eso no son vacaciones». Chiara me respondió: «Te recuerdo que hiciste un voto de pobreza y otro de obediencia. Elige por cual de los dos quieres ir a Medjugorje». Así que elegí el de la obediencia, y voluntariamente vine a Medjugorje.
Llegué a Medjugorje ¡Me daban una pena los peregrinos! Porque yo pensaba que yo estaba allí porque me habían obligado, pero no entendía por qué ellos no iban al mar, pudiendo hacerlo.
En fin, los primeros diez días fueron un desastre. Yo no quise saber nada de peregrinos, ni del fenómeno de Medjugorje, ni de nada.
El día decimoprimero, estaba tras la explanada, cerca de la carpa verde. Estaba tumbada en mi toalla, tomando el sol. En serio, pasaba de todo. Y ahí tirada me vio Marija, una de las videntes. No nos conocíamos de nada, pero a ella le llamó la atención, no sé si verme tumbada tomando el sol, o mi toalla verde chillona.
Se acercó a mí y me dijo: «Hola, ¿qué haces?». «Estoy esperando a que comience la Misa». Entonces Marija, sin más, con toda la naturalidad, me dijo: «Vente mañana conmigo a una aparición».
¡Imagínate! Era ridículo. Tanto que me dio la risa y le contesté: «Mira, va a ser mejor que la Virgen María venga a mí, porque yo de aquí no me muevo». Marija me miró un poco sorprendida, en silencio. Al cabo de unos segundos, cuando se me quitó la sonrisa de la cara, me dijo: «Tú vente mañana».
En Medjugorje, si no vives el fenómeno, tampoco es que haya mucho que hacer. Mis primeros diez días allí fueron tan aburridos, que por muy absurdo que pareciese, asistir a una aparición suponía algo distinto en medio de aquel aburrimiento, así que el día siguiente aparecí a la hora que me había dicho Marija en el Oasis de la Paz, donde iba a vivir su aparición. Al llegar allí, aquello estaba lleno de gente.
Yo llegué a las seis y cuarto de la tarde y allí había gente que llevaba más de tres horas, con todo el calor. Yo pensé: «Qué tontería llegar tan temprano, si de toda formas a la Virgen solo la ve la vidente, pero bueno».
Al cabo de unos minutos llegó Marija. Me vio en el jardín, me cogió de la mano y me llevó dentro de la capilla con ella, delante del todo, a su lado. Me llevó hasta allí a rastras y de un empujón me puso de rodillas. Todo el mundo rezaba y yo pensaba: «Qué buenos todos estos peregrinos, mira cómo rezan», pero mi corazón estaba muy cerrado y no quería participar con ellos.
Recuerdo el momento en que comenzó la aparición. Todo el mundo se quedó en silencio y Marija se quedó mirando extasiada hacia arriba.
En ese momento pensé: «Cualquiera desearía estar aquí a su lado, ¿cómo es posible que a mí no afecte?». La miré a Marija y vi que, sin emitir ningún sonido, movía sus labios, ¿y saben cual fue mi pensamiento en ese momento?: «Pero ella, con la Virgen, ¿habla en croata o en italiano?». Os prometo que lo pensé, de verdad, incluso quince días después de aquello se lo pregunté a ella. Me dijo que hablaban en croata.
Bromas a parte, en cierto momento de la aparición ocurrió algo. Y se lo cuenta la persona más racional que existe. Empecé a sentir un calor en el cuerpo. Era un calor que llegaba hasta la punta de mis dedos, hasta mis pies. Era un calor maravilloso. Sentí como si algo me abrazara, me rodeara y me cubriese entera, y entonces ocurrió lo más increíble, y es que sentí como si me hiciesen un transplante de corazón. Digo trasplante porque sentí como si algo se metía en mi pecho y me arrancara una piedra de dentro. Era un corazón herido, enfermo, y sentí como si me colocasen un corazón nuevo ahí dentro, en su lugar. Subrayo la palabra transplante, porque no fue un corazón curado, sino un corazón nuevo, que me llenaba de paz el alma, la mente y el cuerpo.
Al acabar la aparición yo no entendía nada de lo que estaba sintiendo, pero era bellísimo. Empecé a darme cuenta de que tenía que marcharme y comencé a repetirme a mí misma que en realidad no pasaba nada, para ver si me calmaba, pero qué va, cada vez que lo decía mejor lo sentía.
Entonces Marija se levantó e hizo lo que hace siempre. Explicó a todos lo sucedido: «He presentado a la Virgen María todas vuestras intenciones de oración. La Virgen María ha orado por ustedes y les ha bendecido». A todo esto yo seguía de rodillas a su lado. Entonces ella, delante de todos me miró y dijo: «La Virgen María ha hecho suyo el dolor de tu corazón. A partir de hoy solo ella será tu madre».
Salí de la capilla. Marija no sabía nada de mi historia. Cuando ella salió yo estaba en el jardín, desconcertada. Me cogió de nuevo por el brazo y, sin estar yo todavía muy convencida de lo que suponía que había pasado, le pregunté: «Marija, tu estabas ahí, ¿me viste durante la aparición?», y ella me respondió: «No, yo no te vi. Pero la Virgen sí».
Desde aquel día hasta hoy he sentido a María en mi vida. La he sentido de una manera muy concreta. He descubierto que cada vez que tengo el rosario en las manos, es María quien me coge de la mano.
Aquella tarde aprendí otra cosa. Era cierto que hasta ese día había trabajado para Dios, pero María quería que yo trabajase con Dios. Y otra cosa bellísima fue que si yo quería ser santa, debía tomar a la Virgen María como modelo de santidad. Os aseguro que eso, para un carácter como el mío, no es nada fácil. No es fácil vivir la obediencia. No es fácil vivir la humildad. No es fácil vivir el silencio de María. El silencio de María bajo la cruz. Pensad que María estaba bajo la cruz.
Aquella fue una experiencia bellísima, porque descubrí que el dolor puede ser transformado en amor por la humanidad.
Os digo que si aquella tarde del entierro de Luca dije que Dios no existía, después de doce años puedo deciros que Dios sí que existe.
Durante ocho años he vivido en silencio. Durante ocho años he estado escondida. Pero hace dos años, en un capítulo general de la familia salesiana, Chiara y algunos otros me pidieron que contara mi historia. Al principio tuve miedo. Pero cuando aprendes que la vida no te pertenece a ti, que la vida es un regalo, el miedo puede ser canjeado. Yo hice este pacto con Jesús: «Jesús, si mi vida, mi historia, sirve a un solo joven a encontrar tu misericordia, yo daré mi vida por esto».
Queridos jóvenes, no tengáis miedo del sufrimiento. El sufrimiento existe, sí. El mundo nos dice que no existe, nos enseña cómo cubrirlo, cómo barnizarlo con capas de cosas sin importancia. Pero Jesús nos enseña a vivirlo con Él. Lo que tiene a Jesús clavado en la cruz no son los clavos, sino el amor especial que tiene por cada uno de nosotros. Por eso os ruego, por favor, que como decía san Francisco de Asís, no permitáis que el Amor de los amores no sea amado. ¡Llevemos el amor de Dios a todas partes! Podemos hacerlo, Jesús nos ha enseñado cómo. Somos pequeños, pero seamoslo como decía la madre Teresa de Calcuta: como las gotas del mar, que hacen un océano.
Queridos jóvenes, estáis todos callados. Hay un gran silencio, pero como decía san Pedro, yo no tengo oro ni plata. ¡Lo que yo tengo me llega de la Providencia! Mirad, ni si quiera este rosario que llevo en el bolsillo es mío. Me lo han dado. Queridos jóvenes, yo no tengo nada, y a diferencia de san Pedro yo no hago milagros. Pero os puedo decir una cosa: ¡Que hay un Dios que ha dado su vida! ¡Que hay un Dios que nos ama hasta morir! ¡Que debemos experimentar la alegría de Cristo resucitado!
Mirad ese pedazo de pan. Ese pedazo de pan que nosotros adoramos, ese pedazo de pan blanco con el que nos nutrimos… ahí está realmente el cuerpo de Jesús. Y esto os lo digo con un gran dolor, porque los satanistas creen más que nosotros que ahí está el cuerpo de Jesús. Nosotros tenemos que empezar a creer. Tenemos que empezar a vivir a Jesús. Mirad san Pablo. Él decía: «No soy yo quien vive, es Jesús quien vive en mí» .
Os lo repito, no huyáis del sufrimiento, utilizarlo. Levádselo a Jesús y ese sufrimiento se transformará en amor.
Me despido con una frase de Edith Stein . Cuando Edith Stein se convirtió, le preguntaron por qué se había convertido al catolicismo, y ella respondió: «Yo busqué el amor. Y encontré a Jesús». Leer más...
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lunes, 25 de enero de 2010
Oración de un hermano por un hermano
Padre Dios, Tú nos amas y nos demuestras tu amor todos los días; en este día es cuando más necesito que hagas sentir tu amor inmenso en la vida de mis hermanos. Tú sabes lo que ellos están pasando. Tú conoces bien su corazón y sus rutinas y sabes qué necesita cada uno de ellos en este instante. Sabes que pueden estar tristes y necesitados de tu alegría. Tienes claro que pueden estar enfermos y necesitan de tu salud. Es posible, Señor, que estén desanimados y que requieran de tu fuerza interior y de tu ánimo. Señor, sea cual sea su necesidad yo te pido que en este momento actúes en la vida de ellos. No permitas, Señor, que sufran y que pierdan el sentido de la vida. Tú los amas y puedes ayudarlos y yo, que soy su hermano, te lo suplico en este momento.
Te pido que cada uno de ellos te reconozcan y sepan que sin Ti la vida no tiene sentido, que te reconozcan como el Señor y dueño de todo lo que somos. Sí, Dios mío, se Tú quien con tu poder les haga sentir que eres un Padre bueno que quieres bendecirlos y que por eso tienen que abrir el corazón para recibirte. Te suplico que los liberes de sus miedos y de todas esas ataduras que no les permiten fluir en libertad.
Señor, te alabo y te bendigo porque sé que en este momento estarás actuando a favor de ellos, Gracias por que sé que ellos sentirán el poder de esta oración de bendición y de súplica que te estoy dirigiendo por esos que Tú me has dado a mí. Leer más...
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viernes, 22 de enero de 2010
MUJERES DE FE boletos y autobuses
PARA AUTOBUSES:
SAN CALIXTO EN GARDEN GROVE 714- 605- 7979
SAN JOAQUIN EN COSTA MESA 714- 540- 4317
NORTH GATE EN LA HABRA 562- 587- 8604
SAN EDUARDO EN CORONA 951- 735- 6190
NTRA. SRA. DE LOURDES EN MONTCLAIR 909 -624- 3987
SANTA ELIZABETH EN ONTARIO 909- 545- 3518
SAN ANTONIO CLARET EN ANAHEIM 714- 535- 3710
SAN BONIFACIO EN ANAHEIM 714- 232- 5236
NTRA SRA. DEL PILAR EN SANTA ANA 714- 232- 5236
PARROQUIA DE SANTA ANA EN SANTA ANA 714- 232- 5236
VALLE DE SAN GABRIEL 626- 391-4855
CARSON,CA 310-830-4406
SANTA PAULA, CA 626-975-7041
MONTERREY PARK 626-353-8571
ROWLAND HEIGHTS 626-964-7341 Leer más...
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