sábado, 1 de diciembre de 2007

Artículo Diciembre 2007 - Encarnación del Amor

¿Por qué un enamorado se piensa tanto declarar su amor a la amada? Porque al demostrar tu amor te haces vulnerable a ser rechazado. ¿Por qué duele tanto a un padre de familia ser rechazado o maltratado por un hijo? Porque ya le entregó su vida, su tiempo, su cariño, su persona… en una palabra: le ha entregado su amor.

Es admirable pensar que todo un Dios todopoderoso, se quiera hacer vulnerable, débil; en palabras del Evangelista Juan: se hizo carne. ¿Qué le mueve a Dios para dejar su trono y entrar en la realidad humana, en el tiempo y hacerse un niño necesitado en brazos de María? Tu corazón. Dios no se puede contener el amor que te tiene y te lo declara sin velos ni secretos. Tu confianza, tu amor, el ayudarte a perder el miedo al acercarte a Él, esta es la pasión que Dios no puede suprimir. Y esa declaración de amor incondicional lo hace vulnerable: Lo puedes aceptar y corresponder o lo puedes rechazar.

Pero el Niño Dios es también un hombre como tú y yo. Con su encarnación, el Amor Divino se une al amor humano. No solamente transforma el amor humano en algo profundo y duradero. Los actos de amor de los seres humano, unidos a Dios, se hacen divinos, todopoderosos, invencibles, capaces de derrotar el pecado y la muerte. Este es el misterio en el que nos envuelve el Niño Dios. Como José y María, hay que dejarnos envolver, dejar al Niño Dios encarnarse en mí en esta Navidad para que no temamos hacernos vulnerables con Él. Hay que creer con todas nuestras fuerzas que el Amor vence siempre, como Cristo ha vencido.

Muchos de ustedes se unieron a Dios con valientes actos de amor y generosidad en este pasado Radiotón. Que Dios se los pague. No sabremos todo el fruto que Dios sacará de estos sacrificios hasta que entremos en la eternidad. Hagámonos como niños y dejémonos envolver, llenos de gozo, asombro y confianza, por el Misterio de Belén.

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