miércoles, 1 de abril de 2009

Artículo Abril 2009 - Feliz Culpa que merece semejante redentor

¡O, Feliz culpa que nos ganó semejante redentor! Así proclama la liturgia de la Noche de Pascua. La vida de Cristo, y en particular su pasión, muerte y resurrección, nos revelan mucho del corazón de Dios y del auténtico valor de la vida humana.

Cristo crucificado y resucitado nos enseña a ver a nuestro prójimo con respeto y asombro: ¿Cuál no será el valor de cada persona, de cada alma, cuando Cristo estaba dispuesto a morir en su lugar y por ella en la cruz? ¿Qué tendrá mi hermano -que yo no veo- que hace que todo un Dios se entrega hasta la muerte por él y lo anhele con todas sus fuerzas?

En un mundo que quiere medir los seres humanos por su valor económico, por su productividad, por el grado de comodidad y por el placer que cada quien es capaz de disfrutar, Cristo muerto y resucitado nos revela la grandeza de cada vida a los ojos de Dios; nos muestra la dignidad inviolable e inmutable de cada persona, llamada a vivir eternamente en comunión con Dios. Nos obliga a admitir que el valor de la vida y la auténtica felicidad no están en pasarla bien y evitar el dolor sino en entregarse a Dios y al prójimo.

Cristo que perdona a sus malhechores (comenzando con nosotros que lo maltratamos con nuestra indiferencia y pecado) nos muestra que el perdón no solamente es posible sino absolutamente necesario para nuestra felicidad y salvación. Nos hace ver que la única forma de vencer el mal, es haciendo el bien: haciendo la voluntad de Dios y amando a nuestro prójimo. Nos recuerda que ante la realidad inevitable de la muerte y eternidad sólo importa lo que hayamos hecho para Dios y para nuestros hermanos.

Verdaderamente debemos exclamar: ¡O, Feliz culpa que nos ganó semejante redentor!

Para concluir nuestra Pesca Milagrosa, vienen ahora las misiones de Semana Santa y la celebración de la Divina Misericordia. También comienza ahora la última oportunidad de participar en el Libro de Fundadores 2008. ¡Gracias por haber salido y tirado las redes en nombre del Señor! ¡Gracias por ser parte del Milagro!

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